
viernes, 13 de mayo de 2011
Huellas de perros en la playa

***
La poesía, entre otras cosas, es dialogar con la palabra en libertad. Pero nunca como en un poema se percibe que las cosas se parecen a sus nombres. De ahí pudiera deducirse, tal vez, que en libertad las palabras tienden a caminar hacia aquello que nombran.
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¿Con quién baila la llama de la vela?
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Un poema moderno es, por definición, un poema truncado. Hay una parte elidida, una sección invisible, y es allí donde vivimos.
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Contra la escritura como confesión: Que tú necesites decir ciertas cosas no significa que los demás deban oírlas.
Contra la escritura como profesión: Que los demás necesiten oír ciertas cosas no significa que tú debas decirlas.
***
Ese instante fatal en que un escritor se convierte en negro de sí mismo.
***
En poesía, la simple corrección es incorrecta.
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La pereza es nuestro mejor antólogo.
(De Perros en la playa de Jordi Doce. La Oficina, 2011)
domingo, 1 de mayo de 2011
Presentación de Tránsito de Juan Manuel Macías

SIRENA
Sigue tu voz labrando piel y tarde,
erizada de lluvia, laboriosa,
tejiendo el rojo tango de la cólera,
bebiéndose la vida en mis cristales,
arrojando a mis ojos viejos mapas
donde agonizan todos los veranos,
todo el amor, gritando por sus calles.
Tu voz oscura, madrigal de sueño,
¿con qué cuerda sutil o enajenado órgano
arrastra el mundo, barre, vientos, almas
y los ata a tu vientre desbordado?
Oscura cera hirviendo en el invierno,
sigue tu voz inventando mi nombre,
sigue llamándome desde tus brumas,
de tu llano horizonte impredecible.
Tu voz es lejanía, sal y tiempo.
Y tu canción tan simple, tan perfecta
como una uña nítida arañando la tarde,
como una niña de hielo licuada en el invierno,
como un sombrío escorzo por mi espalda
escribiendo postales sin firmar,
fatigadas de años,
enmohecidas de azar,
amarillas de puro pensamiento.
Y tu canción exige, quiere fondo,
y desfondarme el corazón, volverme
mi propio vértigo, mi fiel naufragio,
y ahogar tan dulcemente
los hombres que no he sido,
los perdidos ausentes convocados
con las últimas naves de la tarde.
Sigue y sigue tu voz, conmigo a solas,
dando vueltas al frío de la fuga,
tan razonablemente
parecida al silencio, tan igual
a la tenaz razón del oleaje,
a la ley que establece sus fronteras,
a un extraño país anochecido.
Sigue tu voz labrando piel y tarde,
erizada de lluvia, laboriosa,
tejiendo el rojo tango de la cólera,
bebiéndose la vida en mis cristales,
arrojando a mis ojos viejos mapas
donde agonizan todos los veranos,
todo el amor, gritando por sus calles.
Tu voz oscura, madrigal de sueño,
¿con qué cuerda sutil o enajenado órgano
arrastra el mundo, barre, vientos, almas
y los ata a tu vientre desbordado?
Oscura cera hirviendo en el invierno,
sigue tu voz inventando mi nombre,
sigue llamándome desde tus brumas,
de tu llano horizonte impredecible.
Tu voz es lejanía, sal y tiempo.
Y tu canción tan simple, tan perfecta
como una uña nítida arañando la tarde,
como una niña de hielo licuada en el invierno,
como un sombrío escorzo por mi espalda
escribiendo postales sin firmar,
fatigadas de años,
enmohecidas de azar,
amarillas de puro pensamiento.
Y tu canción exige, quiere fondo,
y desfondarme el corazón, volverme
mi propio vértigo, mi fiel naufragio,
y ahogar tan dulcemente
los hombres que no he sido,
los perdidos ausentes convocados
con las últimas naves de la tarde.
Sigue y sigue tu voz, conmigo a solas,
dando vueltas al frío de la fuga,
tan razonablemente
parecida al silencio, tan igual
a la tenaz razón del oleaje,
a la ley que establece sus fronteras,
a un extraño país anochecido.
(De Tránsito de Juan Manuel Macías. DVD Ediciones, 2011)
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poesía
lunes, 25 de abril de 2011
Presentación de Ritual de Ernesto García López

Intervendremos, junto al autor, Luis Luna, Óscar Curieses y yo mismo, acompañando al poeta en la presentación de su más que recomendable poemario.
Del mismo modo que en la Inglaterra del diecisiete los Cavadores cultivaban sin consentimiento las tierras ociosas de los nobles, algunos gritos invaden hoy el parterre del poema.
E. García López, Ritual.
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lunes, 18 de abril de 2011
Las manos. La voz
El niño que, en la cuna, contempla con fascinación sus propias manos, estudia su compleja arquitectura, sus movimientos como si fueran algo ajeno. La alegría al escuchar los sonidos que salen de sus labios, con los que juega como con un instrumento musical recién descubierto. Quizá el artista guarda algo de ese asombro, de esa perplejidad que existe antes de la obra y que la obra guarda como un secreto que no conviene revelar. Quien admira una obra de arte participa así, sin saberlo, de esa sorpresa. ¿De quién son esas manos? ¿Esa voz?
sábado, 2 de abril de 2011
Abril (Hilde Domin)
ABRIL
El mundo huele
dulcemente a ayer.
Aromas que perduran.
Tú abres la ventana.
Todas las primaveras
entran con esta.
Primavera que es más
que hojas verdes. Un beso
guarda todos los besos.
Siempre sobre la ciudad
brillante y terso el cielo
en que fluyen las calles.
Ya sabes, el invierno
y el dolor no son
algo letal.
El aire hoy huele
dulcemente a ayer-
Que olió dulcemente a hoy.
Hilde Domin (versión de J.L.G.T.)
APRIL
Die Welt riecht süß
nach Gestern.
Düfte sind dauerhaft.
Du öffnest das Fenster.
Alle Frühlinge
kommen herein mit diesem.
Frühling der mehr ist
als grüne Blätter.
Ein Kuß birgt alle Küsse.
Immer dieser glänzend glatte
Himmel über der Stadt,
in den die Straßen fließen.
Du weißt, der Winter
und der Schmerz
sind nichts, was umbringt.
Die Luft riecht heute süß
nach Gestern –
das süß nach Heute roch.
El mundo huele
dulcemente a ayer.
Aromas que perduran.
Tú abres la ventana.
Todas las primaveras
entran con esta.
Primavera que es más
que hojas verdes. Un beso
guarda todos los besos.
Siempre sobre la ciudad
brillante y terso el cielo
en que fluyen las calles.
Ya sabes, el invierno
y el dolor no son
algo letal.
El aire hoy huele
dulcemente a ayer-
Que olió dulcemente a hoy.
Hilde Domin (versión de J.L.G.T.)
APRIL
Die Welt riecht süß
nach Gestern.
Düfte sind dauerhaft.
Du öffnest das Fenster.
Alle Frühlinge
kommen herein mit diesem.
Frühling der mehr ist
als grüne Blätter.
Ein Kuß birgt alle Küsse.
Immer dieser glänzend glatte
Himmel über der Stadt,
in den die Straßen fließen.
Du weißt, der Winter
und der Schmerz
sind nichts, was umbringt.
Die Luft riecht heute süß
nach Gestern –
das süß nach Heute roch.
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martes, 22 de marzo de 2011
Teatro y muerte

Ya puede accederse al número completo que la revista Ophelia dedica en esta ocasión al teatro y la muerte (para quien no la conozca, Ophelia, ahora en edición digital, ha venido publicando diversos monográficos en los que se investigan los vínculos de las artes escénicas con las artes, las ciencias o realidades como la vejez, el sueño o la infancia). En este número, se incluye un ensayo, que escribí hace ya tiempo, sobre la pervivencia de un tema barroco en diversos textos de Calderón, Shakespeare y Hoffmansthal.
La muerte es una extraña presencia en el teatro, que incluso se convierte en personaje en el teatro medieval y barroco. Una presencia (¿presencia?) que nos sitúa ante la paradoja de representar lo que de por sí parece irrepresentable.
En breve, podrá leerse una nueva Ophelia, dedicada esta vez a los vínculos del teatro y la poesía, un número que promete ser muy interesante.
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jueves, 17 de marzo de 2011
viernes, 11 de marzo de 2011
Biodiversidad lingüística
"No cabe la menor duda de que la diversidad lingüística y sus reservas asociadas de conocimiento científico popular han sido tan amenazadas en el siglo XX como la misma diversidad biológica".
Gary P. Nabhan y Sara St. Antoine (citado por Steven F. White en su edición de Pablo Antonio Cuadra, Siete árboles contra el atardecer. Veintisieteletras)
lunes, 7 de marzo de 2011
Lectura de poemas en La Huelga (miércoles 9 de marzo)

El próximo miércoles 9 de marzo, dentro del ciclo El ojo en la cerradura, a las 21'00 horas en La Huelga (c/Zurita, 39. Madrid) leeré mis poemas. El hilo de Ariadna que servirá como cauce para la lectura será el juego entre "Mirada y sueño".
"El soñar es sencillo, pero no el contemplar" (Claudio Rodríguez)
viernes, 4 de marzo de 2011
sábado, 26 de febrero de 2011
El poema (Casimiro de Brito)
Poemas, sí, pero de fuego
devorador. Redondos como puños
delante del peligro. Barcos
decididos en la tempestad. Crueles. Pero
de una crueldad pura: la del nacer,
la del sueño, la de la muerte.
Poemas, sí, pero rebeldes,
enteros como de agua, y como ella
abiertos a la geometría de los cuerpos.
Enteros a pesar
del barro y la ternura
de su perfil de astros.
Poemas, sí, pero de sangre.
Que esos poemas broten
de lo oculto. Que liberen su pus
en la plaza pública. Altos, vibrantes,
como un seísmo, un exorcismo,
o la muerte de un hijo.
O poema
Poemas, sim, mas de fogo
devorador. Redondos como punhos
diante do perigo. Barcos decididos
na tempestade. Cruéis. Mas de uma
crueldade pura: a do nascimento.
a do sono, a da morte.
Poemas, sim, mas rebeldes.
Inteiros como se de água, e,
como ela, abertos à geometria
de todos os corpos. Inteiros
apesar do barro e da ternura
do seu perfil de astros.
Poemas sim, mas de sangue.
Que esses poemas brotem
do oculto. Que libertem o seu pus
na praça pública. Altos, vibrantes
como um sismo, um exorcismo
ou a morte de un filho.
devorador. Redondos como puños
delante del peligro. Barcos
decididos en la tempestad. Crueles. Pero
de una crueldad pura: la del nacer,
la del sueño, la de la muerte.
Poemas, sí, pero rebeldes,
enteros como de agua, y como ella
abiertos a la geometría de los cuerpos.
Enteros a pesar
del barro y la ternura
de su perfil de astros.
Poemas, sí, pero de sangre.
Que esos poemas broten
de lo oculto. Que liberen su pus
en la plaza pública. Altos, vibrantes,
como un seísmo, un exorcismo,
o la muerte de un hijo.
Casimiro de Brito (versión de J.L.G.T.)
O poema
Poemas, sim, mas de fogo
devorador. Redondos como punhos
diante do perigo. Barcos decididos
na tempestade. Cruéis. Mas de uma
crueldade pura: a do nascimento.
a do sono, a da morte.
Poemas, sim, mas rebeldes.
Inteiros como se de água, e,
como ela, abertos à geometria
de todos os corpos. Inteiros
apesar do barro e da ternura
do seu perfil de astros.
Poemas sim, mas de sangue.
Que esses poemas brotem
do oculto. Que libertem o seu pus
na praça pública. Altos, vibrantes
como um sismo, um exorcismo
ou a morte de un filho.
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jueves, 17 de febrero de 2011
Ese canto que no se percibe (Jaccottet)

"Así pues, la poesía es ese canto que no se percibe, ese espacio en que no se puede establecer la morada, esa llave que siempre hay que volver a perder. Si deja de ser imperceptible, si deja de ser incierta, si deja de estar en otra parte (¿hay que decir: si deja de no ser?), se hunde, ya no existe. Este pensamiento me ampara en las dificultades".
Philippe Jaccottet, El paseo bajo los árboles
(traducción de Rafael-José Díaz). Cuatro ediciones, 2011.
sábado, 29 de enero de 2011
Memoria y elipsis
Brillante observación la de un alumno de tercero de la ESO, que parecía distraido, a la explicación del profesor sobre la estructura del relato: "Entonces, en nuestra vida no hay elipsis". Sin embargo, ¿qué es nuestra vida? ¿Lo que nos acontece o lo que se sedimenta en recuerdo, o es a la vez ambas cosas? Si la memoria, esa abreviatura de la vida (como la llamaba, si no recuerdo mal, Dilthey), es lo que somos, entonces nuestra vida también está hecha de elipsis, de saltos mortales en el tiempo, de pequeñas grietas, en un principio casi imperceptibles, pero que con los años van agrietando los muros en apariencia sólidos de lo vivido. Solemos confundir experiencia con hecho y, sin embargo, muy probablemente sólo se constituyen como experiencias aquellos hechos que logran transmutarse en memoria (consciente o inconsciente) y encuentran así su lugar en un relato personal. La paradoja es que la experiencia apunta siempre a algo que se escapa al recuerdo, a un resto inaprensible, a aquello precisamente que no puede ser relatado a otro porque no lo ha vivido en carne propia y, sin embargo, nos empeñamos en contar.
jueves, 13 de enero de 2011
Metafísica del catarro
Carece del prestigio literario de otras enfermedades. Ni siquiera cuenta con el aprecio de la ciencia, que no parece considerarlo un enemigo a su altura. Médicos y pacientes lo tratan con una mezcla de impaciencia y desprecio, como un huésped inoportuno al que, sin embargo, se tolera porque se sabe que su estancia será corta. Y, sin embargo, cada invierno nos visita y nos vuelve un poco más humildes, un poco más conscientes de la frágil sustancia de la que estamos hechos. Tímido metafísico, el catarro no nos prepara para la muerte, o al menos no para la Muerte con mayúscula (todo en el catarro está, como la mayor parte de nuestra vida, condenado a escribirse en minúscula); pero, entre cínico y estoico, nos enseña a acostumbrarnos al desgaste cotidiano de los días, a la melancolía incierta de vagas pero decisivas derrotas.
La existencia del catarro es un argumento demoledor contra la teoría del diseño inteligente, porque ¿qué Mente divina podría haber creado una molestia tan insidiosa como banal, una enfermedad tan chapucera, tan lejos de la grandiosa puesta en escena de una plaga bíblica? Con todo, no resulta difícil imaginar que el catarro es el fruto de la broma de mal gusto de algún dios con minúscula, de uno de esos dioses burlones y un tanto chabacanos que aparecen en no pocas mitologías.
El catarro se lleva mal con la tragedia y con la épica. Es más aficionado a la comedia, pero a una comedia teñida de cierta melancolía. Por unos días nos hace convivir con nuestro cuerpo como con un extraño. Nos descubre en la carne que somos misterios que resultan casi triviales, pero que nunca condescenderán a enseñarnos esos dos maestros que llamamos sexo y muerte.
Los héroes nunca se resfrían, y por eso resultan a menudo crueles e insolentes. Si Helena hubiese recibido a Paris con el pañuelo en la mano o Aquiles se hubiese acatarrado cuando su augusta madre lo sumergió en la laguna Estigia, quizá la historia de Troya hubiera discurrido por caminos muy distintos. Por si acaso, un consejo: mejor un buen resfriado a tiempo que caer en la tentación de creerse inmortal.
miércoles, 5 de enero de 2011
La despedida (Bertolt Brecht)

Nos abrazamos.
Yo palpo una tela lujosa.
Tú, una pobre.
Es rápido el abrazo.
Te han invitado a una comida.
A mí los esbirros me persiguen.
Hablamos del tiempo y de lo amigos
que seremos siempre. El resto sería
demasiado amargo.
Bertolt Brecht (Liebesgedichte). (Versión de J.L.G.T.)
(aquí el original en alemán)
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