domingo, 31 de mayo de 2015

Presentación de El roble de Goethe en Buchenwald




Presentación de  El roble de Goethe en Buchenwald. Glosas en torno a un texto de Joseph Roth en compañía de Pilar Martín Gila, poeta y crítica, y María José Bruña, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca. 
 También se proyectarán imágenes del libro de poesía e imagen Claroscuro del bosque
Será el martes 2 de junio a las 20 horas, en el Centro de Arte Moderno, c/ Galileo 52, Madrid.


lunes, 18 de mayo de 2015

Novedad editorial: El roble de Goethe en Buchenwald





«El roble de Goethe en Buchenwald», así se titula el último texto que escribió Joseph Roth, en 1939, antes de morir. Se trata de un artículo muy breve. Es fácil caer en la tentación de pensar en dicho escrito como en una suerte de testamento, si no fuera por la advertencia, ineludible, que encontramos en uno de sus párrafos: «El simbolismo nunca ha resultado tan barato como hoy en día». Nuestra época (aún más que ese hoy ya lejano desde el que Roth reflexiona sobre su presente) se nos antoja a menudo carente de símbolos y, sin embargo, quizá la verdad sea más bien la contraria. El motivo que da pie al texto de Roth ofrece, sin demasiado esfuerzo, una lectura simbólica. El simbolismo está ahí, a la vista de todos. Cualquiera puede sacar fácilmente conclusiones. La indignación está servida. Y sale gratis. En el campo donde tantos prisioneros fueron torturados y asesinados se levantaba incólume el roble a cuya sombra Goethe iba gestando sus grandes obras. Es fácil, demasiado fácil, darse golpes de pecho, alzar la voz, invocar los verdaderos valores humanísticos o, incluso, por qué no, con cierta coquetería intelectual apenas disimulada, afirmar o negar con igual contundencia la posibilidad de escribir poesía después de Auschwitz. Demasiado sencillo.

J.L.G.T. (del texto de la contraportada)

martes, 12 de mayo de 2015

Paul Celan en España e Hispanoamérica




Puede consultarse aquí el programa del congreso.

sábado, 2 de mayo de 2015

La poesía es de hablar


Su hijo mayor (tiene cuatro años) le pregunta si ya ha leído todas las páginas del libro que tenía entre manos. El padre le responde que solo estaba leyendo un poema y que ya ha terminado. El hijo le mira incrédulo: "Si no has dicho nada". El padre - tal vez demasiado didáctico, tal vez en exceso condescendiente- explica que no es necesario leer un poema en voz alta. El niño, sin dejarse convencer, responde en ese idioma tan personal, a la vez propio y ajeno, que va forjando poco a poco: "Pero si los poemas son de hablar".