lunes, 15 de mayo de 2023

EL ASESINO DE TÍAS (FRANZ WEDEKIND)

 "El asesino de tías" es un Moritat de Franz Wedekind, género muy similar a nuestros romances de ciegos en el que abundan los crímenes y detalles truculentos. Quizá el Moritat más famoso de la literatura alemana es el que Bertolt Brecht dedica a su Mackie Cuchillo, pero lo cierto es que el Mackie de Brecht (como otros asesinos que pululan por sus primeras obras como Marie Farrar o Jakob Apfelböck) deben no poco a Wedekind y a la tradición popular de la que él bebe... aunque resulta difícil de igualar el cinismo del personaje de este último.



EL ASESINO DE TÍAS 

 
He asesinado a mi tía.
Mi tía era vieja y débil.
Pasé la noche en su casa
Y su caja registré.
 
Encontré una pila de oro
Junto a un montón de billetes
Y a la vieja oí roncar
Sin compasión y sin tacto.
 
¿Para qué hacerla sufrir?
La noche me rodeaba.
Clavé el puñal en su vientre:
Dejó de roncar mi tía.
 
Pesaba mucho el dinero,
Todavía más la vieja.
Cogí su cuello, temblando,
Hasta un gran hoyo en el sótano.
 
He asesinado a mi tía.
Mi tía era vieja y débil.
Oh, jueces, tened en cuenta
Mi juventud en su esplendor.

FRANZ WEDEKIND (versión de J.L.G.T.)

Aquí, el texto en alemán

jueves, 4 de mayo de 2023

PORQUE ES DE NOCHE

 

A. Kiefer, Las célebres órdenes de la noche

“Solo sé decir lo oscuro” (Ingeborg Bachmann) 

Cuando alguien, cada cierto tiempo, vuelve a sacar a la palestra la consabida crítica contra la poesía que no se entiende (¿a quién cobija ese “se”? ¿y qué significa “entender”?), me acuerdo de algo que me ocurrió hace años cuando viajaba a Cáceres (invitado por Mario Martín Gijón y Rosa Benéitez) para participar en un congreso sobre Celan, objeto habitual de las diatribas contra el hermetismo y la oscuridad poética). Como el trayecto en tren era largo, me puse a revisar el texto de mi intervención, mientras a mi lado un cura (lo sé porque llevaba alzacuello) hacía lo propio con un texto en cuyo título no pude evitar fijarme. Si no recuerdo mal, la conferencia o artículo que preparaba aquel sacerdote versaba sobre la “Teología del matrimonio”, tema que (al menos para mis pobres entendederas) resulta tanto o más impenetrable que el más enigmático poema de un Celan o de un Mallarmé. Quiere esto decir que oscuridades hay muchas y formas de comprender, también. Quien tenga oídos para entender, que entienda.