viernes, 26 de julio de 2019

Sala de recuperación (Uljana Wolf)





Uljana Wolf

sala de recuperación I

ay ojalá me hubiera quedado en la sala de recuperación
perdida en sueños con el goteo debajo de blancas

sábanas junto a otros que tampoco se encuentran
un rebaño de ovejas cercanas en el sueño cercanas todavía

dios y  el consuelo allí eran grandes bestias hermanas
nuestros pastores que se juntaban se inclinaban sobre nosotros

y nos preguntábamos delante del enigma de los números
humano: en una escala de uno a diez di

¿cómo de grande es tu dolor?—y no habría ninguna
frontera a la vista que nos pudiera abrir

de regreso del fondo desde el resoplido
después de la anestesia— muy cerca de este

yo apenas distinguible de las otras ovejas
que junto a sí pastan en la sala de recuperación

sala de recuperación II

ay ojalá nunca hubiera estado en la sala de recuperación
sorda encallada temblando en las blancas

barcas atada junto a otras barcas—
sí es el último puerto es el húmedo

canal del sueño con hermanas negras que
como un tribunal se sitúan en la orilla y a ti

con rígidas inyecciones, sus dedos, te amenazan:
el goteo y el diablo cariño pueden oírme

y tú no puedes oír nada solo este silencio
en las esclusas el purgatorio médico de agua que

gota a gota te alimenta por el tubo—
como bajo tu cama el mar con rápidos

golpes te roba de nuevo en el sueño
estrella y mordaza lejos de la sala de recuperación


Uljana Wolf (versión de J.L.G.T)
Aquí, el original

miércoles, 10 de julio de 2019

Lo pasado en el presente (Goethe)




LO PASADO EN EL PRESENTE

Por la mañana, florecen rosa y lirio
mojados de rocío en el jardín cercano.
Al fondo, familiar, cubierto de verdor,
aquel peñasco va cobrando altura.
Ceñida con un cinto de altos bosques
y coronada de un castillo medieval,
la montaña desciende suavemente
hasta que hace las paces con el valle.

Y acude desde allí un aroma de antaño,
allí el amor nos hizo padecer,
y es que las cuerdas de mi arpa entonces
disputaban su brillo a la mañana.
Donde se oía desde el verdor brotar
la animosa canción del cazador
para encendernos y reconfortarnos
como tanto anhelaba nuestro pecho.

Ahora y por siempre los bosques reverdecen,
así, según su ejemplo, cobrad ánimo,
lo que antaño vosotros disfrutasteis
dejad ahora que otros lo disfruten.
Nadie podrá entonces reprocharnos
guardar para nosotros el placer.
En todas las etapas de la vida
habréis de ser capaces de gozar.

Y con el rumbo que toma mi canción
nuevamente con Hafiz nos topamos,
pues conviene al declinar el día
el goce cultivar con quienes gozan.


J.W.GOETHE, Diván de Oriente y Occidente
(versión de J.L.G.T.)
Aquí, el original