viernes, 26 de febrero de 2010

El rapto de Europa





Acaba de aparecer el número 15 de la revista cultural y de pensamiento El rapto de Europa, en la que han tenido la amabilidad de publicar algunos poemas míos junto con otros textos, muy recomendables, de Ernesto Pérez Zúñiga.

Sumario de la revista

martes, 23 de febrero de 2010

Punto cero

El cuerpo es el punto cero de nuestra percepción del mundo. Cada cuerpo es el centro precario de su propio y precario universo. La carne es lo que soy y, sin embargo, es también lo otro. Es el no lugar en donde siempre estamos, una naturaleza que no es paisaje, que sólo en el abrazo se hace territorio, mapa sin coordenadas del deseo.

sábado, 20 de febrero de 2010

Migraciones de aves (fragmento)

Había un interrogador que trabajaba para el prefecto jefe de la ciudad, un torturador con una intuición casi infalible de los límites mismos del martirio físico, la humillación y el terror impotente en los seres humanos, un hombre conocido entre sus colegas y sus superiores por su impecable silencio lo mismo en el trabajo (otros hacían las preguntas sin sentido) que luego, y que con otro nombre escribía poemas.

Estos poemas sobrevivieron a su época, aleteando sin cesar a través del tiempo como una pequeña bandada de pájaros, pero sin regresar nunca a su propio tiempo. Seiscientos o mil seiscientos años más tarde, cuando se redescubrieron fragmentos de poesía entre los escombros desenterrados de grandes edificios antiguos, se estimó que los poemas del interrogador eran de una belleza especialmente delicada y memorable, pero de su autor nada, ni siquiera su nombre falso, se llegó a saber.


Reginald Gibbons, Desde una barca de papel (edición de Jordi Doce)

sábado, 13 de febrero de 2010

Mirada y velocidad: Ashbery


Debo confesar que tengo la fea costumbre de leer en los transportes públicos. Sin embargo, y aunque también a veces me acompaña un libro de poemas, me cuesta encontrar en el autobús o en el metro ese espacio propio que demanda la poesía.
He leído hace poco Un país mundano, el último libro de John Ashbery. No voy a recomendar leer a Ashbery en el metro, pero mientras iba adentrándome en el libro tuve la impresión, supongo que bastante caprichosa, de que la visión fragmentada que nos propone el escritor norteamericano tiene no poco que ver con una mirada educada en la velocidad, en la presencia fugaz de los paisajes urbanos y naturales entrevistos desde un automóvil o en la promiscuidad de los transportes públicos.
Hay poetas como Antonio Machado o Claudio Rodríguez que parecen escribir con el ritmo del caminante, como si paso y verso se acompasaran. Ya Walter Benjamin reflexionó sobre el efecto de la velocidad en nuestra forma de mirar el mundo. Recuerdo a propósito esos poemas de Juan Ramón Jiménez en el que la mirada impresionista remite al viaje en tren (el mismo Juan Ramón que reflejará el ritmo demorado de la reflexión en su Diario de un poeta reciencasado, gracias a la tranquilidad, cuando no al aburrimiento, que propiciaba entonces la lentitud de los viajes transatlánticos).
Quizá el entusiasmo que el octogenario Ashbery despierte en buena parte de los poetas jóvenes tiene que ver con una mirada educada en la velocidad, en lo fragmentario, también con la rapidez de la pantalla de Internet que cambia a golpe de ratón. “Ama tu ritmo y ritma tus acciones/ bajo tu ley”, escribía Darío. ¿Cómo se acompasa el ritmo de nuestra sangre, el ritmo de la respiración, con esos otros ritmos que marcan nuestro estar en el mundo?

martes, 9 de febrero de 2010

Memento mori

"No me ha gustado el final de Niebla", me comenta un alumno de cuarto de la ESO, "dice que nos vamos a morir todos". "¿Y no es verdad?", le contesto sin pensar en el efecto que pudieran tener mis palabras. No me responde. Me mira con una sonrisa entre cómplice y resignada.