sábado, 6 de junio de 2009
Carta para una señorita griega
"En nada había cambiado, si lo pensaba con detenimiento, continuaba siendo aquel niño, salvo en la decrepitud de la cáscara de carne que llamamos cuerpo. En el niño estaba ya el hombre que era, pensé, y estaría ahí también el día en que todo llegara a su fin".
Francisco León, Carta para una señorita griega
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