Cuelgo aquí mi versión (algo libre,
ma non troppo) del célebre poema de Goethe, "Der Erlkönig", que publiqué por primera vez en la revista
Piedra y cielo al hilo de una propuesta de Pilar Martín Gila, quien a su vez la incluyó en su libro, tan inquietante como hermoso,
Otro año del mundo. Como la revista ya no está disponible en Internet (ese triste destino de tantas revistas digitales), me ha parecido oportuno traerlo a esta bitácora.
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Albert Sterner, "El Rey de los Elfos" |
EL REY DE LOS
ELFOS
¿Quién
cruza a esta hora el viento y la noche?
A
caballo el padre que lleva a su hijo.
Se
aprieta el pequeño contra su regazo,
seguro
cabalga, sin sentir el frío.
“¿Qué
te asusta, hijo, que ocultas tu rostro?”
“El
Rey de los Elfos, ¿no ves que se acerca?
¿No
ves la corona, la sombra ondulante?”
“Hijo
mío, es solo un jirón de niebla?”
“Mi
querido niño, ven aquí a mi lado,
los
más bellos juegos jugaré contigo,
en
mi orilla abundan flores tan hermosas,
mi
madre posee dorados vestidos”.
“Padre,
padre, escucha, ¿acaso no oyes
al
Rey de los Elfos susurrar promesas?”
“Tranquilo,
hijo mío, estate tranquilo:
el
viento murmura en las hojas secas”.
“Dulce
muchacho, ¿no quieres venir?
Ahora
mis hijas sin duda te aguardan.
Mis
hijas conducen la danza nocturna,
te
mecen en brazos y bailan y cantan”.
“Padre
mío, mira, en ese lugar,
¿no
ves a sus hijas allá en la espesura?”.
“Hijo,
claro, hijo, ahora lo veo:
los
sauces agitan sus frondas oscuras”.
“Te
amo. Me hechiza, niño, tu belleza,
aunque
te resistas, al fin serás mío”.
“¡Ahora,
sí, padre, sus brazos me atrapan!,
¡padre,
ay, padre, el Rey Elfo me ha herido!”.
El
padre, temblando, azuza el caballo.
Se
oye en sus brazos al niño gimiendo.
Casi
sin aliento entra en la alquería.
Sobre
su regazo el niño está muerto.
J. W. GOETHE (VERSIÓN DE J.L.G.T.)
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