viernes, 31 de diciembre de 2010
Año nuevo
"Todo Año Nuevo es volver a tomar el tiempo en su comienzo, es decir, una repetición de la cosmogonía [...] El ceremonial del Año Nuevo babilónico, el akitu, es bastante concluyente a este respecto [...] En el curso de la ceremonia akitu, que duraba doce días, se recitaba solemnemente, y varias veces, el poema llamado de la creación: Enuma elish, en el templo de Marduk. Así se reactualizaba el combate entre Marduk y el monstruo marino Tiamat, combate que se desarrolló in illo tempore y que puso fin al caos por la victoria final del dios [...]
También dentro del marco del ceremonial del akitu celebrábase la llamada "fiesta de las Suertes", zahmik, en la que se determinaban los presagios para cada uno de los doce meses del año, lo que equivalía a crear los doce meses por venir [...]
La creación del mundo se reproduce, pues, cada año. Esa eterna repetición del acto cosmogónico, que transforma cada Año Nuevo en inauguración de una era, que permite el retorno de los muertos a la vida y mantiene la esperanza de los creyentes en la resurrección de la carne [...] las creencias, casi universalmente difundidas, según las cuales los muertos vuelven junto a las familias (y a menudo vuevlen como "muertos-vivos") en los alrededores del Año Nuevo denotan la esperanza de que en ese momento mítico en que el mundo es aniquilado y creado es posible la abolición del tiempo. En tonces los muertos podrán volver, pues todas las barreras entre muertos y vivos están rotas (¿acaso no es reactualizado el caos primordial?) y volverán, puesto que en ese instante paradójico el tiempo estará suspendido y por consiguiente podrán ser de nuevo contemporáneos de los vivos. Por otro lado, como entonces está en preparación una nueva creación, les es dado esperar un retorno a la vida, duradero y concreto [...]
En el Japón, así como entre los germanos (y otros pueblos indoeuropeos), la última noche del año está señalada por la aparición de los animales funerarios (caballo, etc.) de las diosas y de los dioses ctónico-funerarios: es entonces cuando se verifican los desfiles de enmascarados de las sociedades secretas de hombres, cuando los muertos visitan a los vivos y cuando se celebran las iniciaciones [...]".
Mircea Eliade, El mito del eterno retorno
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