Sucede antes de la belleza. Antes de la asepsia del ojo y la palabra. Sobre la fatiga de la madre el niño es un animal hambriento, la orfandad como herencia, la certeza de una respiración. El cuerpo estrena la sola desnudez, desgrana sin saberlo su impaciencia terrestre. Encima de la mesa la placenta reposa, una bolsa sangrienta, el despojo feliz de la batalla. Caen los segundos como las gotas de un alimento dulce y muy espeso, rumor que desemboca suavemente en el río esquivo de la sangre como si se escuchara el eco de un solo, indescifrable corazón.
viernes, 17 de septiembre de 2010
No es la belleza
Sucede antes de la belleza. Antes de la asepsia del ojo y la palabra. Sobre la fatiga de la madre el niño es un animal hambriento, la orfandad como herencia, la certeza de una respiración. El cuerpo estrena la sola desnudez, desgrana sin saberlo su impaciencia terrestre. Encima de la mesa la placenta reposa, una bolsa sangrienta, el despojo feliz de la batalla. Caen los segundos como las gotas de un alimento dulce y muy espeso, rumor que desemboca suavemente en el río esquivo de la sangre como si se escuchara el eco de un solo, indescifrable corazón.
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4 comentarios:
Intenso y hermoso. Gracias, J12
Gracias a ti, Jordi, por tu comentario y tu amable lectura.
Coincido con Jordi. Gracias también.
grande, fuerte y dulce.
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