"Mi gusto sería ir dando, dando siempre a medida que termino las cosas, pues mi gran defecto es que el papel se me pega, y si veo una, dos, tres pruebas siempre encuentro algo que corregir en ellas; de aquí la gran ventaja que para mí tiene el periódico, donde una vez enviado el original no vuelvo a verlo hasta que ya está publicado".
¿Cómo sería una bitácora de Juan Ramón Jiménez? ¿Una liberación del papel, y de la necesidad de corrección constante, o por el contrario su imaginario blog sería una tentación aún más acuciante para la interminable metamorfosis de su obra? Ya sé que es una ocurrencia caprichosa, pero me gustaría saber si le fascinaría este espacio virtual a través del cual podría dar cumplida cuenta de su escritura día tras día o, por el contrario, lo aborrecería, temeroso de que acabara con su ideal de una minoría lectora.
2 comentarios:
De verdad crees que los blogs van acabar con la "minoria lectora"? (Convirtièndola en mayoría, quiero decir...) No creo que esta idea (la de solo una minoria que lee de verdad) se esté viendo amenazada de ningú modo por los blogs.
Si lees con atención mis palabras, verás que yo no he dicho eso en absoluto... sólo hacía un ejercicio, quizá un tanto absurdo, de "literatura-ficción", intentando imaginar cómo reaccionaría Juan Ramón Jiménez ante esta nueva realidad de los blogs. No creo que los blogs amenacen nada... aunque lo cierto es que los canales de recepción obligan a un replanteamiento entre la relación autor/lectores, sobre todo en lo que tiene que ver con los filtros de selección, que durante mucho tiempo han sido ejercidos por editores, críticos, publicaciónes de prestigio, el mundo académico... ese plano de las mediaciones culturales es el que probablemente se vea afectado de alguna forma (no sé exactamente cuál, pues es pronto para decirlo) por Internet.
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