extranjero en Delhi
Tardan los milanos
en reclamar su presa,
esta ciudad
febril y perezosa
como los dioses de sus vertederos,
como esta belleza que persigue
su último reflejo en un río de aceite.
He llegado
a la ciudad del cuervo, a la ciudad
donde danza el milano
y sólo tengo nombre de extranjero.
No me pregunte nadie.
Ni la lluvia que acude inesperada
a perdonarnos la piedad más vieja
ni la niña mendiga
que baila con su sombra.
Yo no he traído dioses.
Que se demore todavía el milano,
que dibuje su danza todavía
el palacio del aire,
la impiedad de la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario