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Alfred Lichtenstein |
Bertolt Brecht no fue el único poeta que se atrevió a desmitificar el belicismo y las proclamas patrioteras que convirtieron Europa en una inmensa fosa común durante la Gran Guerra. Alfred Lichtenstein escribió también textos en los que, medio en broma, medio en serio, abordaba esa estúpida picadora de carne que es toda contienda bélica. Si los nazis nunca le perdonaron a Brecht su "Leyenda del soldado muerto", imaginamos que lo mismo hubiese sucedido con Lichtenstein, quien además, por si fuera poco, era de origen judío. El autor de estos dos poemas no conoció, si embargo, la barbarie nacionalsocialista, puesto que cayó en el frente, a la edad de 25 años, en 1914 cerca del Somme, donde tendría lugar dos años después una de las más cruentas batallas de la Primera Guerra Mundial.
PLEGARIA
ANTES DE LA BATALLA
Los
hombres cantan con devoción, cada uno para sí:
Dios,
protégeme del infortunio,
Padre,
Hijo y Espíritu Santo,
Que
no me encuentren las granadas,
Que
esos malos bichos, nuestros enemigos,
No
me atrapen, que no me disparen,
Que
no estire la pata como un perro
Por
la querida patria.
Mira,
me gustaría seguir viviendo,
Ordeñando
vacas, tirándome a las chicas
Y
zurrar a ese granuja de Sepp,
Seguir
emborrachándome de vez en cuando
Hasta
mi bendita hora postrera.
Mira,
bien te puedo rezar
Siete
rosarios cada día,
Si
tú, Dios, en tu misericordia,
Matas
a mi amigo Huber
O
a Meier y haces que yo me libre.
Pero
no debo pensar algo así.
No
hagas que me hieran gravemente,
Mándame
un leve disparo en la pierna,
Una
pequeña herida en el brazo,
Que
pueda regresar como un héroe
Con
algo que contar.
(Aquí, el original)
DESPEDIDA
(Poco
antes de partir al frente, para Peter Scher)
Haré
aún un poema antes de morir.
Silencio,
camaradas: dejadme escribir.
Vamos
a la guerra. Nuestro tinglao es la muerte.
Pero,
oh, la amada no gimió por mi suerte.
Qué
me queda. Sin rechistar lo acepto.
La
madre llora. Haría falta ser de hierro.
En
el horizonte el sol hunde su luz.
Dulcemente
me espera una fosa común.
Marcial
el ocaso arde en el cielo.
Quizá
en trece días yo estaré muerto.
(Aquí, el original)
Versiones de
J.L.G.T.