sábado, 26 de febrero de 2011

El poema (Casimiro de Brito)

Poemas, sí, pero de fuego
devorador. Redondos como puños
delante del peligro. Barcos
decididos en la tempestad. Crueles. Pero
de una crueldad pura: la del nacer,
la del sueño, la de la muerte.

Poemas, sí, pero rebeldes,
enteros como de agua, y como ella
abiertos a la geometría de los cuerpos.
Enteros a pesar
del barro y la ternura
de su perfil de astros.

Poemas, sí, pero de sangre.
Que esos poemas broten
de lo oculto. Que liberen su pus
en la plaza pública. Altos, vibrantes,
como un seísmo, un exorcismo,
o la muerte de un hijo.

Casimiro de Brito (versión de J.L.G.T.)


O poema

Poemas, sim, mas de fogo
devorador. Redondos como punhos
diante do perigo. Barcos decididos
na tempestade. Cruéis. Mas de uma
crueldade pura: a do nascimento.
a do sono, a da morte.

Poemas, sim, mas rebeldes.
Inteiros como se de água, e,
como ela, abertos à geometria
de todos os corpos. Inteiros
apesar do barro e da ternura
do seu perfil de astros.

Poemas sim, mas de sangue.
Que esses poemas brotem
do oculto. Que libertem o seu pus
na praça pública. Altos, vibrantes
como um sismo, um exorcismo
ou a morte de un filho.

jueves, 17 de febrero de 2011

Ese canto que no se percibe (Jaccottet)


"Así pues, la poesía es ese canto que no se percibe, ese espacio en que no se puede establecer la morada, esa llave que siempre hay que volver a perder. Si deja de ser imperceptible, si deja de ser incierta, si deja de estar en otra parte (¿hay que decir: si deja de no ser?), se hunde, ya no existe. Este pensamiento me ampara en las dificultades".



Philippe Jaccottet, El paseo bajo los árboles
(traducción de Rafael-José Díaz). Cuatro ediciones, 2011.