lunes, 12 de marzo de 2018

Adorno y Scholem, una amistad improbable



Theodor W. Adorno y Gershom Scholem
Correspondencia (1939-1969)
Traducción de Martina Fernández Polcuch y María Graciela Tellechea
Eterna Cadencia, Buenos Aires/Madrid, 2017
«Publicadas por primera vez en español, estas cartas son el tercer lado de un triángulo epistolar con un amigo en común: Walter Benjamin. Un intercambio que se inicia con la preocupación de Adorno y de Scholem por la vida de Benjamin, pero que luego de su suicidio adquiere intensidad intelectual y carácter multifacético». Así leemos en la contraportada del libro.
Comenzar, claro está, por el texto de la contracubierta no suele ser la mejor guía para una lectura crítica. Más bien, al contrario. Sin embargo, en este caso, más allá del aura –permítaseme el mal chiste— que rodea el nombre de Benjamin en determinados círculos, y más allá también del reclamo publicitario correspondiente, lo cierto es que dicha alusión no encierra ninguna pista falsa. En efecto, fue Walter Benjamin el que unió a dos intelectuales de intereses en principio muy lejanos entre sí y entre los cuales nada hacía presagiar que se iba a establecer una relación de intercambio intelectual, pero también de indudable amistad. Y, ciertamente, gran parte del interés del volumen radica en asistir al importante esfuerzo por parte de Scholem y Adorno para dar a conocer el legado de Benjamin, tras la muerte de éste en Portbou, así como las no pocas dificultades —no exclusivamente filológicas— a la hora de rescatar textos perdidos o dispersos, empezando con la copiosa correspondencia del escritor, una correspondencia que, para ambos, tiene un valor que va mucho más allá de lo testimonial. Así, escribe Scholem, el 28 de julio de 1965: «[…] Me parece que la impresión global que generan las cartas es extraordinaria. Representa tanto un comentario lleno de vida sobre él mismo como un complemento de su opus que va en muchas direcciones».
Esa insistencia, ese empeño común, muestra, de forma indirecta, cómo la obra benjaminiana no encontró tan fácil acomodo como podría pensarse hoy, cuando el pensador se ha convertido en un autor ampliamente citado, si bien no deja de resultar sospechoso que no pocos testimonios de su supuesta influencia actual graviten siempre en torno a los mismos textos. [...]

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